
El profesor James Hoffmeier de la Trinity International University subraya en su trabajo[i] el hecho de que, pese a no existir evidencia arqueológica directa para apoyar a la tradición del éxodo, sin embargo, si hay material de referencia importante que permite, inferir la presencia hebrea en Egipto. Hoffmeier apoya su tesis en la del profesor Williams quien afirma que numerosos elementos, lingüísticos, culturales, sociales y religiosos quedaron impresionados de un modo indeleble en la literatura religiosa de la religión israelita.
James Hoffmeier, argumenta que la tradición histórica egipcia, difícilmente narraría un acontecimiento como el éxodo, ya que las inscripciones reales que se encuentran en las estelas y los templos reflejan exclusivamente los triunfos del faraón, incluso hasta el punto de distorsionar los acontecimientos, como, por ejemplo, el desastre del ejército egipcio de Ramsés II en la batalla de Kadesh.
Hoffmeier pone de relieve la teoría de Meek sobre el número significativo de nombres personales de la etimología egipcia entre los levitas como evidencia de la estancia en Egipto, así como la existencia de términos egipcios asociados con la tradición de culto sacerdotal. Hoffmeier subraya que, si los pueblos de habla semítica que los precedieron en el delta de Egipto se adaptaron en el tiempo a la cultura egipcia y se aculturizaron, como se refleja en el empleo de nombres egipcios, cargos egipcios administrativos, y en el empleo de títulos sacerdotales, así como en la asociación de sus deidades con las deidades egipcias, no debería extrañar que los hebreos hubieran sufrido una influencia similar de la cultura y religión egipcias. En base a los argumentos del profesor Williams, Hoffmeier concluye que los israelitas eran "un pueblo que salió de Egipto".
Es innegable que la evidencia sí demuestra a semitas entrando en Egipto, ya sea para el comercio, el trabajo o debido a la sequía de la zona, como señala Hoffmeier, al puntualizar que esta es precisamente la imagen representada en el Génesis con respecto a Jacob y su familia. La sequía y la hambruna en Canaán llevó al patriarca a enviar a sus hijos a Egipto, donde había trigo, lo que lo llevó a establecerse en Egipto con sus rebaños y manadas.
La evidencia indirecta de Hoffmeier no termina con lo señalado anteriormente, ya que el papiro, Leiden 348 informa de los Apiru. Si los hebreos son los Apiru, tendríamos una evidencia directa de los trabajos forzados en Egipto por los hebreos. El Papiro Anastasi, y otras pruebas arqueológicas, demuestran que era relativamente habitual que los pastores de las zonas donde habitaban semitas, acudieran a Egipto en busca de agua durante las sequías; Otra evidencia indirecta de presencia semítica en Egipto, es una famosa pintura en las paredes de una tumba en Beni Hasan, que representa a comerciantes asiáticos en caravanas de burros, llegando a Egipto con sus familias y sus mercancías. También existe evidencia de trabajadores cananeos empleados en las minas de turquesa del Sinaí.
La similitud que podemos apreciar en los ejemplos que Hoffmeier detalla en su argumentación, es suficiente como para asumir una conexión directa entre ambos pensamientos religiosos, pese a la aplicación de apriorismos espaciales y temporales en su análisis. Pero, la egipcia no es la única influencia que podemos encontrar en la Biblia, también pueden hallarse paralelos entre la literatura de Israel y la literatura mesopotámica. Por ello puede afirmarse que existe en Oriente Medio un bagaje cultural común a todos los pueblos, un bagaje del cual el pueblo de Israel, en mayor o menor medida se nutrió, imprimiéndoles su sello propio.
En este sentido, no deja de sorprender que muchas de las concepciones religiosas, cosmogónicas y mitos que perviven en nuestro imaginario colectivo estén presentes en el antiguo Egipto al igual que en el judaísmo y en otras culturas mesopotámicas coetáneas: la creación, la separación de las aguas primordiales y del cielo y la tierra, la formación del hombre con arcilla, Horus y Seth o Caín y Abel, la muerte de los dioses, el diluvio universal, la idea de la resurrección, etc, son sólo algunos ejemplos.
Existen además interesantes similitudes entre los elementos descritos en la visión hermopolitana de la creación y las condiciones previas al acto creador en el relato de la creación del Génesis que bebe asimismo de tradiciones mesopotámicas anteriores La visión menfita de la creación en la que Ptah crea a los demás dioses por medio de su corazón y de su lengua es anterior y está de acuerdo con los conceptos filosóficos de la Biblia hebrea en la que el mundo es creado por medio del discurso creativo de un Dios.[ii] La formación del hombre con arcilla recuerda a Jnum quien creaba a los hombres con su torno de alfarero, pero rompió su rueda cansado de hacerla girar y colocó, en cada mujer, una parte de ella. Desde entonces pudieron reproducirse sin su intervención. El mito de Caín y Abel se asemeja mucho al de Osiris y Seth. En la mitología egipcia se relata que al final del reinado de la segunda dinastía el dios Ammon-Ra se sentía cansado del mal proceder de los humanos y, junto con otros dioses egipcios decidieron enviar a Tefnut, diosa de la humedad, para aniquilar a la humanidad, lo que guarda interesantes similitudes con el relato del diluvio universal recogido en el Génesis y en el Poema de Gilgamesh. En la religión egipcia el principio de la muerte divina se aplica a todos los dioses. Osiris fue asesinada y Ra moría cada noche para nacer o resucitar al amanecer de cada nuevo día. El mito de Isis y Osiris favoreció la esperanza de una nueva vida tras la muerte.
En definitiva, los dioses egipcios surgieron antes del comienzo de las épocas históricas y vivieron hasta el final del mundo antiguo siendo venerados durante tres quintas partes de la humanidad. Pero incluso cuando su culto fue abandonado, los dioses encontraron, a veces, una nueva vida y su influencia ha persistido bajo diferentes nombres y distintas formas, hasta la actualidad. La influencia de las divinidades egipcias ha sobrevivido a su civilización con una fortaleza, que, contemplada desde un punto de vista histórico, puede que dure más que la nuestra.
[i] Hoffmeier, J.K. "Egyptian religious influences on the early Hebrews". En: James K. Hoffmeier, Alan R. Millard, Gary A. Rendsburg. Did I not bring Israel out of Egypt? : biblical, archaeological, and egyptological perspectives on the Exodus narratives. Winona Lake: Eisenbrauns, 2016. p. 3-35.
[ii] Cervelló, J., Aire. Las creencias religiosas en contexto, en: E. Ardèvol y G. Munilla (coord.), Antropología de la religión, Barcelona, 2003, pp. 71-179.
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